"La sombra de Pranthas", de Rayco Cruz

Esta entrada tiene como objetivo opinar sobre qué es lo que me pareció el libro "La sombra de Pranthas", del escritor Rayco Cruz.

El libro se encuadra dentro del género de Ficción y, más exactamente, dentro del subgénero de "brujería y espadas".

La estructura de esta reseña es la siguiente:

1. Acerca del autor
2. Sinopsis
3. Opinión

Acerca del autor

Rayco Cruz es un autor tinerfeño aunque grancanario de adopción que nació en 1979.

Sus proyectos empiezan en 2005, cuando desarrolla en solitario el proyecto El cuarto de atrás, una plataforma multimedia para autores noveles.  Está sin actualizar desde 2006. Además de este proyecto, se embarca en una revista que se cancela por falta de patrocinio.



Sus obras:

• La magia del Carnaval - 3º puesto en el I Concurso de Relatos ¡¡Abretelibro!!
• La condena
• Tiempo muerto

2009 - La sombra de Pranthas (Mundo Épicos Grupo Editorial)

Diciembre 2010 - El futuro de la humanidad (Antología Riqui-Raca 1.0 Cuentos del fútbol canario, Ed. Mandarina)

Junio 2011 - La maldición de Hilena (Bilenio Publicaciones)

Noviembre 2011 - Hargür (Descubriendo nuevos mundos, Federación Española de Fantasía Épica), sale a la luz durante la Imagicon 2011 (Mislata, Valencia); a partir de este momento, este relato se encuentra nominado para los I Premios Scifiworld dentro de la categoría Mejor Relato.

Diciembre 2012 - El silencio de Sara

Sinopsis

Árgoht Grandël es un hechicero melediano (de la ciudad de Meledel) que es contratado por el rey Yurt (del reino de Ereth), para que investigue las causas que llevaron a sus súbditos a abandonar la región de Pranthas.

Cuando llega a la región acompañado de Cheen, un muchacho que se le une en su misión a pesar de su disconformidad de ir con otra persona, decide dejar a este en una pequeña aldea muy próxima del origen de la sombra que inunda dicha región, para adentrarse en los misterios de la presencia de este siniestro ser.

Llega a una mansión que parece estar abandonada a la suerte de aquella sombra pero no, no lo está; en ella habita un ser de unas dimensiones desproporcionadas (un valhom) que, ante la presencia del meledino, no dudará en usar su fuerza para expulsarle de sus dominios. Tras un encarnizado combate cuerpo a cuerpo, los dos luchadores se dan un respiro y optan por el diálogo; el hechicero aprovecha para explicarle el motivo por el cual está en esa casa y, su rival, para explicarle qué es y cuál fue su origen.

El hechicero descubre que el temible ser mantiene un secreto: guarda en su interior al rey Manlor, antiguo señor de Ereth que cayó en una emboscada; en dicha emboscada, a su vez, murió gran parte de los soldados que le acompañaban al igual que su mujer. Árgoht, ante semejante descubrimiento, decide ayudar a Manlor a cumplir con su última voluntad: descubrir quién fue su verdadero asesino para poder descansar en paz.

Entonces decide embarcarse en una segunda aventura para tal misión, junto a Shernan Kröll, un leal sirviente del rey Manlor que decidió enterrar unos cadáveres cerca de esa mansión. Tras la misteriosa desaparición de uno de los cadáveres, decide embarcarse en su propia aventura para saber a quién le pertenece una espada que, misteriosamente, descubre en la tumba que tenía como fin servir de morada para ese cadáver. Tras varias peripecias, Shernan coincide con Árgoht en la morada de la bestia que es, curiosamente, la misma en cuyo jardín quiso enterrar Shernan los cuerpos inertes de aquéllos que cayeron en un combate ocurrido hace años.

Tras ser informado de la vida de Manlor por este último, Árgoht decide retomar la senda de la aventura; primero se dirige a una pequeña aldea para localizar a la hija bastarda del rey (y legítima heredera al trono de Ereth) así como a su madre para, junto con unos pocos soldados, Cheen, Shernan y la bestia que tiene prisionero en su interior al rey Manlor, exigir al rey Yurt la devolución del trono.

Pero se encontrará con la resistencia del general Branton Oldsten, mano derecha del rey actual.

Opinión

Como aficionado menor a las aventuras de brujería y espadas (en su momento sí que leía las aventuras de Conan, de Krull El Conquistador, de Red Sonja), me atreví a leer este libro para sondear si mis gustos habían decaído o, si por el contrario, aún seguía teniendo el mismo gusanillo de mi imberbe época de lector compulsivo de magia aderezada con metal.

Tras leer este libro, la sensación que me queda es que me sigue enganchando este subgénero; y todo gracias a la puesta en escena de esta historia, muy bien ambientada y cuyo personaje principal, Árgoht, junto con su personalidad bastante lograda (caracterizada por sus pensamientos de lograr su Destino y por la eterna presencia de su Madre), me han permitido no distraerme del principal protagonista de esta historia; los demás personajes, en la órbita del mago melediano, dotan a la historia de las características propias de este tipo de historias: un rey malvado y otro víctima de una emboscada; los personajes, totalmente secundarios, con los que se rodean para llevar a cabo sus dos misiones; los elementos de la naturaleza; el misterio que rodea al personaje de Árgoht caracterizado por los continuos pensamientos acerca de su naturaleza mágica, etc.

Me ha gustado cómo ha entrelazado la historia de Shernan Kröll con la aventura de Argoht; no se hace muy lioso y esos saltos, de una historia a otra, se realizan con transiciones lógicas y suaves.

La única crítica negativa, que un lector muy exigente con este subgénero (como yo) ve en este libro, es que el autor se queda un poco superficial en el personaje de Árgoht; desde mi punto de vista, debería ser su personalidad (más que el propio hechicero) la verdadera protagonista, mucho más que el propio personaje, desde la cual debe girar todo el relato; los personajes que acompañan al hechicero melediano deben estar más en segundo plano: los personajes secundarios deben ser más secundarios si cabe. Creo que el autor debe empapar al lector de la personalidad de este hechicero, para que puedan llegar a la esencia de la historia y del protagonismo del personaje principal: Árgoht Grandël.